Hipódromo Político: Por Carlos Cortes
Lo que le quiero contar este día, tiene que ver con el respeto, con el cumplimiento cabal de la ley, con la honestidad, la transparencia y el apego a la legalidad, que han sido valores ausentes a lo largo de los últimos dos años en el Ayuntamiento de Tampico, por lo menos, durante la actual administración de Magdalena Peraza Guerra, y digo que por lo menos en los últimos dos años, porque desde su anterior gestión, la Peraza ya se manejaba con tintes autoritarios y gandallas y se servía con la cuchara grande de los dineros públicos.
El caso es que ayer miércoles, el representante legal del alcalde electo Jesús Nader Nasrallah, solicitó por escrito a la señora Peraza, titular del poder ejecutivo municipal del puerto, iniciar con el proceso de entrega-recepción de la administración al candidato ganador, a lo que la alcaldesa de Tampico se negó, señalando que el municipio está preparado para el proceso de transición, pero que aún hay una impugnación legal que debe resolverse.
Magdalena aseguró que el municipio ya recibió el oficio, pero que se le dará curso y se contestará en su momento, y sentenció que «hay un proceso que todavía no se resuelve y en tanto no se resuelva no se puede empezar un proceso de entrega recepción». ¿Pero que le pasa a esta señora? ¿Quién le da a Magdalena Peraza la facultad de calificar una elección en donde ella fue la participante derrotada? ¿Con base en que leyes o reglamentos Peraza es capaz de espetar que no es el momento legal de iniciar la entrega recepción de la administración municipal? Estos intentos de manipular la Ley no hablan de otra cosa más de que a la Peraza ya le faltan dos tornillos de la cabeza.
Y la explicación tras la demencia senil de la Pereza Guerra tiene al menos dos justificaciones confirmadas: primero, durante la actual administración de Magdalena Peraza Guerra se confeccionaron dos nóminas, lo que es gravísimo en términos de delitos administrativos y haciéndose público el contenido de este instrumento podremos saber a quienes de sus colaboradoras y colaboradores les pagaba “por fuerita” fuertes cantidades de dinero, al margen de la Ley, y a que otros personajes estaba manteniendo la Peraza desde la clandestinidad y con recursos de los tampiqueños.
Asimismo, al auditar las cuentas de este vetusto personaje se va a descubrir que en su padrón de proveedores tenía a innumerables empresas fantasma con las que hacía jugosos negocios al margen de la Ley, la honestidad y la transparencia, pero también se va a conocer a quienes, vía supuestas obras y contrato de adquisiciones, se les canalizaban recursos millonarios de los dineros públicos de la ciudad, para sólo ella sabe que fines.
Lo cierto es que Magdalena perdió la razón, se le botó la canica, se volvió loca y está actuando en consecuencia. Pensó que nunca iba a tener que entregar el Ayuntamiento, como si éste fuera de su propiedad y de sus secuaces. Doña Pereza se imaginó que nunca le iban a descubrir sus jugosos e ilegales negocios y trastupijes y que por lo menos tres años más iba a seguirse enriqueciendo de los dineros públicos de las familias del puerto. Y sopas, que llega el candidato de la Coalición Por Tamaulipas al Frente, Jesús Nader, y que la hace morder el polvo en la elección. Y aunque no le guste, Magda le va a tener que entregar el Ayuntamiento a Chucho Nader o se va a la cárcel.
Y si es tanto el miedo a lo que van a encontrar las nuevas autoridades municipales lo que la tiene al borde de la locura, es porque sabe que lo primero que habrá de hacer Chucho Nader al tomar posesión del Ayuntamiento es auditar la información contable y administrativa de la gestión de la señora Peraza, en donde van a encontrar tepocatas, víboras prietas, pitotorgas, aviadores, compra de millonarios departamentos para “sus cercanas”, ineficiencias y más. La Peraza sabe bien que ella y su círculo cercano van a ir a parar al penal por el mar de delitos cometidos en contra del patrimonio público de Tampico, amparados y amparadas “en sus responsabilidades públicas”.
Y por ello, más le vale a Magda confeccionar desde ya su traje de rayas, porque lo que se le ha olvidado a la Peraza, es que, en los mentideros políticos, por su mal manejo personal y político, corre como reguero de pólvora la máxima de que “quien traiciona una vez, traiciona siempre”. Y Magda en los últimos años ha abusado de su posición de “señorita”, “de viejita”, “de soltera”, “de sola” y desde ahí ha traicionado. Y si no enmienda su actuar, Magdalena seguro irá a parar a la cárcel. Tiempo al tiempo.
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